La lluvia nocturna hizo que la ciudad de Ho Chi Minh se desnudara milagrosamente. Un aire fresco y agradable, repleto de vapor, apresurandose a compensar el oxigeno de la ciudad, sustituyendo el polvo, el clamor y el sonido angustioso del dia.
La calle se volvio negra como el cabello rizado que la joven honguesa se habia puesto despues de bañarse. El cabello era brillante, proyectando miles de gotas de litio que se deslizaban sobre las ruedas de las ruedas, capturando el dorado brillo de las farolas que iluminaban el efecto de la ilusion de la Bokeh.
La noche ha pasado muy profundamente en el sueño de millones de personas que se estan recuperando para el nuevo dia de trabajo que llega en solo unas pocas horas. Pero la noche tambien alberga una vida de gente que debe trabajar sin dormir o despertando para prepararse para un giro.
Se dice que Ho Chi Minh es una ciudad que no duerme por la noche. Muchos bares permanecen abiertos toda la noche para atender a los ciudadanos de la ciudad que aman la vida nocturna. Pero en ese ritmo de vida, no solo hay gente que sale de la casa temprano, sino que tambien hay gente que se esta dando un duro trabajo.
El reloj de cada casa marca las cuatro, las principales calles como Nguyen Thien Minh Khai, Li Tai Thu, Tien Bien Phuc son casi silenciosas, nada mas que unos cuantos taxis o camiones de tecnologia que pasan por las esquinas de los coches. Pero si se da la vuelta hacia la residencia Nguyen Thien Thuy en el Distrito 1, Distrito 3 desde cualquier calle de las principales calles, se ve una vista extraña.
La gente de la ciudad no es ajena a esta area residencial de 4 y mas durante mas de medio siglo de altibajos y existencias, porque preserva un alma de Saigon, desde el pasado hasta el presente, desde la guerra hasta la Hoa Binh, desde la division del rio hasta la reunificacion del pais.
Ese pedazo de alma alberga una vida propia que supera los 50 años de gloriosa historia que toda la ciudad esta ansiosa por celebrar. Un Saigon de clase trabajadora pero lleno de afecto vecino, simpatico y brillante.
Mas de 50 años, el area residencial de Nguyen Thien Thuat con 11 lotes de casas, incluidos mas de 1,000 hogares donde el cuerpo temporal es temporal o para siempre establecido por los trabajadores. Aqui, en la luz amarilla que brilla en las gotas de lluvia por la noche, cuanto mas la apariencia de la niebla, la vieja, llena de nostalgia.
En el centro de un distrito de 3 plantas, pocos se imaginan que aun existe una belleza nostalgica, con bloques de casas en forma de caja, pintadas de azul claro, simetricas, rodeadas y unidas por corredores, caminos de jugadores de mesa que forman una comunidad.
Aqui, el ritmo de la vida fluye dia y noche. La mayoria de los apartamentos en el primer piso son cafeterias, que venden cientos de cosas para servir a la vida de los residentes. El espacio entre las manzanas se mueve constantemente, a veces como un mercado, a veces como un lugar para comer, con todas las barras, cafeterias, bares o lugares donde la gente se sienta para tomar el aire, para hacer el amor.
Para entender un poco, para tocar un poco la vida y el alma de los saigoneses, paseemos por ese barrio en esos momentos de la noche que se acerca al final. Las luces de neon blancas que iluminan el elegante abrigo azul pastel, que se desgarra en el paisaje, crean en el marco de las grietas que suavizan el corazon.
En la tierra, alrededor de las casas, una vida exuberante se presenta, que, aunque es muy movida, mantiene un silencio absoluto, evitando molestar a los que estan dormidos. La gente caminaba en silencio, los coches iban despacio sin oir el motor o el sirena. Es como una pelicula muda.
Luego, desde el interior, bajo las escaleras, los carros de venta moviles se extienden, los paraguas se extienden para protegerse de la lluvia matinal. Las cocinas estan llenas de ollas de agua hirviendo para los desayunos que han sido familiares durante decadas: pan, queso, pan, paneles, arroz, pan de pan, pan de pan.
Miles de personas que viven aqui desayunan, almuerzan, almorzan, cenan, y duermen, por lo que es facil entender que el complejo es tambien un paraiso gastronomico para los residentes y los visitantes, con servicio las 24 horas, por tan solo dos o tres mil dolares, pero que satisface la demanda habitual de comida deliciosa y barata.
En esta esquina, un grupo de mujeres, se inclinan para cortar canastas de chiles, cajas de cebollas para los platos. En la esquina, un hombre de mediana edad, que se desparramaba en el techo, se sentaba a picar arroz de coco, exprimir el jugo de coco, mientras otro hombre estaba atento a cocinar champagne.
No hay casi voz, solo contacto visual. Si se trata de voces, son susurros, no mas fuertes que el viento que sopla desde el rio Saigon. Estan acostumbrados a no decir nada porque esto se repite años o decadas, porque un pequeño grupo de guardias en la esquina de la escalera tambien ha pasado por tres generaciones de transmision.
Cuando el sol empieza a darse a la luz de las luces de la calle, las luces de neon en los pasillos se desvanecen, es cuando el ritmo de vida y trabajo de esa noche se acaba. Hay un cambio en este lugar, cuando aparecen nuevas caras que se ocupan de vender o comprar el desayuno, con el sonido ya no siendo custodiado.
Las viejas caras se posan en las sillas tomando cafe temprano o se van a la casa a dormir. El trabajo esta hecho, el amanecer esta cerca, ¡vamos a dormir! Un nuevo dia ha llegado a la ciudad.