La historia de la serie de productos lacteos en polvo auto-publicados que estan rodeando el Hospital K (Tan Trieu, Thanh Tri, Hanoi), que ha dejado a los pacientes confundidos, dificiles de distinguir, ha sonado la alarma.
El Hospital K de la base de Nueva Corea es el lugar de tratamiento para miles de pacientes con cancer, que estan en la etapa mas severa del tratamiento, y necesitan una dieta estrictamente controlada.
Sin embargo, alrededor de los hospitales aparecen productos lacteos en polvo que se declaran, no se sabe cuanto contienen, no se sabe de donde provienen, pero que se comercializan con anuncios de propaganda como la prevencion de cancer, el aumento de la inmunidad, la recuperacion despues de la cirugia.
La pregunta es, ¿por que estos productos pueden pasar tan facilmente por las barreras de control que deberian ser tan estrictas en la industria medica y la regulacion del mercado?
Segun la normativa vigente (Decreto 15/2018/ND-CP), los alimentos de proteccion de la salud (incluida la leche en polvo nutricional) no estan obligados a evaluar su composicion antes de su comercializacion, sino que solo necesitan que las empresas se declaren de calidad y envien un expediente a las autoridades para poder distribuirlos.
Esta es una politica diseñada para favorecer a las empresas. Sin embargo, la practica de la operacion muestra muchas imperfecciones, especialmente el mecanismo de control de calidad desde la pre-inspeccion hasta la post-inspeccion.
Con demasiadas unidades involucradas (en el Centro bajo la administracion del Ministerio de Salud, Ministerio de Industria, etc.; en el local bajo la administracion de departamentos, sectores locales) se produce una situacion de "no llorar" - nadie tiene la responsabilidad principal.
Esto ha llevado a que los alimentos, especialmente la leche, tengan toda la confianza de los consumidores apostando por el equilibrio mental del fabricante. Y como la practica demuestra, ese dinero puede ser facilmente cambiado por ganancias.
Cuando el mecanismo de auto-declaracion se aplica a la leche en polvo, el alimento que se usa como nutricion terapeutica para los pacientes, cada brecha tiene un precio en la salud, incluso la vida, de los pacientes.
En particular, el grupo de pacientes con cancer, que ya son debiles, vulnerables y que a menudo son los que confian mas en la publicidad con una mentalidad de que si tienen la enfermedad, se van a la mierda.
Es hora de cerrar las brechas y de reforzar el mecanismo de auto-publicacion. Para los alimentos funcionales, como el leche en polvo para pacientes, hay que reclasificarlos y aplicar un proceso de evaluacion antes de su comercializacion, como ocurre con los medicamentos o los dispositivos medicos.
Se necesita un mecanismo de control activo, regular, publico y con personas responsables. Al mismo tiempo, debe haber regulaciones que obliguen a las plataformas de comercio electronico, farmacias y distribuidores a controlar la calidad de los productos comerciales.
La autopublicacion no puede ser un escudo legal para el trafico de explotacion; el entorno hospitalario no puede ser un lugar donde los productos falsificados o de baja calidad se exhiban publicamente, facilmente accesibles a los mas vulnerables.
Y el precio no es solo la fe, sino la salud, incluso la vida de las personas que luchan contra la enfermedad todos los dias.