El mango es una fuente de vitaminas y antioxidantes, pero comer en exceso puede ser perjudicial para el higado si no se controla.
Un estudio sobre ratones muestra que la adicion de mango a una dieta rica en grasas no reduce el nivel de grasa en el higado, pero por el contrario, puede aumentar el nivel de trigliceridos en el higado, especialmente cuando la cantidad de mango representa una alta proporcion en la dieta. Esto muestra que el consumo excesivo de mango puede contribuir a la acumulacion de grasa en el higado.
El consumo de demasiado azucar, incluida la fructosa que se encuentra en el mango, puede ser dañino para el higado. El consumo de mucho azucar puede conducir a una enfermedad del higado graso no alcoholico, porque el higado tiene que trabajar sobrecargado para tratar el exceso de azucar, lo que lleva a la formacion de grasas en el higado.
Sin embargo, comer mango de manera moderada aun puede beneficiar a la salud. Otro estudio muestra que el consumo de mangos frescos puede mejorar una serie de factores de riesgo asociados con el sobrepeso y la obesidad, incluido el control del azucar en la sangre y la inflamacion.
Comer demasiado mango maduro, especialmente cuando se combina con una dieta alta en azucar y baja fibra, puede conducir al riesgo de enfermedad del higado graso sin alcohol. Por lo tanto, es aconsejable consumir mangos de manera moderada y combinarse con una dieta equilibrada para proteger la salud del higado.