Beber jugo de naranja a un nivel moderado ayudara a que el higado funcione de manera mas eficaz. La vitamina C y los flavonoides de la naranja tienen un efecto antioxidante, ayudando al higado a neutralizar los radicales libres que nacen durante el metabolismo. El Dr. Frank Hu, experto en nutricion y epidemiologia de la Escuela T.H. Chan de Salud Publica de Harvard (EE. UU.), dijo: "La vitamina C y los compuestos vegetales de la familia de las naranjas y mandarinas pueden contribuir a reducir la inflamacion y apoyar la funcion hepatica cuando se consumen a un nivel razonable". Ademas, el jugo de naranja tambien ayuda a aumentar la absorcion de hierro de las plantas, apoyando indirectamente al higado en el proceso de creacion de sangre.
Sin embargo, el problema radica en la cantidad y la frecuencia de uso. El zumo de naranja, especialmente el zumo puro o embotellado, contiene un contenido de fructosa bastante alto. Cuando se bebe demasiado, el higado tiene que trabajar continuamente para metabolizar la fructosa. Si la cantidad de azucar supera la necesidad, el exceso se convertira en grasa por el higado, lo que aumenta el riesgo de grasa hepatica no alcoholica.
Segun el Dr. Robert Lustig, endocrinologo pediatrico y metabolico (Universidad de California, San Francisco - EE. UU.), el habito de beber jugo de naranja en lugar de agua filtrada, o beber muchas copas grandes al dia, tambien aumenta la energia total ingerida, lo que obliga al higado a procesar simultaneamente tanto el azucar como el exceso de energia. A largo plazo, esto puede sobrecargar al higado, lo que lleva a trastornos del metabolismo de los lipidos y el azucar en sangre.
Los expertos recomiendan beber solo unos 120-200 ml de jugo de naranja al dia, priorizando beber despues de las comidas, sin añadir azucar y sin reemplazar completamente las frutas integrales. Comer naranjas integrales ayuda a proporcionar fibra, ralentiza la absorcion de azucar y reduce la carga sobre el higado.