No soy una persona que se excita facilmente, sino una persona que se mantiene tranquila la mayor parte del tiempo, que explota en un momento. Llame a la chica que acaba de entrar en el departamento.
- ¿Has revisado el listado de tareas? - pregunto con los ojos abiertos.
Si... me enviaste una nueva copia ayer, pequeña.
¿Que tipo de mensaje me hace tardar un dia en revisarlo? - ¿Vas a trabajar o a viajar? - No, no, no. - ¿Que?
Si... lo siento, pense... la chica no habia terminado la frase cuando golpee la mesa: "¿Que piensas?" ¡Si haces un error, acepta!
Unas palabras mas y la chica se puso a llorar. No me fije en eso. Tengo que manejar una docena de cosas mas importantes que los sentimientos de un empleado que no ha tenido una prueba de dos meses. Todavia pienso que gritar es para que la gente aprenda. ¿Que tengo que hacer?
Pero no se detuvo ahi. La chica pidio permiso para irse al dia siguiente. Y luego descansa. No hay despedidas, no saludan a sus compañeros. Creia que era una empleada de administracion, o de lo contrario, contrataria a alguien mas. Hasta que el departamento de personal nos dice que la chica es la sobrina del vicepresidente, que esta siendo entrenada para ascender en el sistema. Y la critica de una falta de control emocional en el manejo de la situacion se infiltro en el informe del segundo trimestre.
Desde entonces, siempre ha sido recordada con cariño, en las reuniones, en las miradas de sus compañeros de trabajo, en las preguntas de su jefe: ¿Estas bien? ¿Necesitas un descanso para relajar la mente? Te sientes tensa y ansiosa.
De la ira, aprendio algo que muchos libros hablan pero que la gente ha olvidado: las palabras en la ira son como cuchillos, aunque se saquen de ellos, dejan una cicatriz. Las consecuencias a veces no son inmediatas, pero si vienen, silenciosas, persistentes y lo suficientemente duras como para que tengamos que mirar hacia atras.
La ira no es mala. Es una reaccion natural del ser humano. Pero dejar que la ira invada la razon es una opcion. Una opcion facil que tiene un precio. Desde entonces, comenzo a asistir a clases de meditacion para calmar su mente y practicar el habito de calmarse ante cualquier situacion de enojo, contando hasta diez antes de hablar. Y a veces, si me enojo despues de contar... vuelvo a contar.