La cebolla es un alimento de eleccion para complementar la dieta de las personas con obesidad. Son alimentos ricos en flavonoides, especialmente quercetina, un potente antioxidante que tiene la capacidad de mejorar los lipidos sanguineos.
Segun un estudio publicado en el Journal of Nutrition, la quercetina en las cebollas puede reducir el colesterol total y el colesterol LDL (colesterol malo) en la sangre, lo que reduce el riesgo de aterosis.
Sin embargo, la forma en que se prepara la cebolla tiene un gran impacto en su efecto deshidratante. La Organizacion Mundial de la Salud recomienda el uso de cebollas frescas o ligeramente cocidas. Las altas temperaturas al fritar o cocer las cebollas durante demasiado tiempo pueden degradar los compuestos flavonoides, especialmente la quercetina, lo que reduce su bioeficiencia.
Cuando se cocina a 120-130°C durante un corto periodo de tiempo (seco o en coccion) la cebolla retiene hasta el 70% de la quercetina, mientras que la frita en aceite a alta temperatura pierde mas del 50% de esta sustancia activa.
Ademas, la cebolla, junto con grasas saludables como el aceite de oliva, tambien ayuda a aumentar la absorcion de sustancias activas solubles en el aceite.
Por lo tanto, para optimizar el efecto de la reduccion de grasa en la sangre, los expertos recomiendan el uso de la cebolla de las siguientes maneras: Consumirla ensalada, ensalada o en una olla. Al mismo tiempo, se debe limitar los alimentos fritos, asados o procesados demasiado tiempo.
La cebolla es un buen alimento para controlar la grasa en la sangre si se procesa correctamente. La aplicacion de metodos de coccion adecuados no solo ayuda a conservar los ingredientes activos preciosos, sino que tambien ayuda eficazmente en la prevencion de enfermedades cardiovasculares y trastornos de los lipidos en la sangre