En el costado del coche, un par de ollas arroceras de acero inoxidable brillante estan bien atadas con cordones de goma, que parecen algo traviesos, y tambien como una preparacion cuidadosa para el viaje de todo el dia. El miro al tio, a la vez compasivo y divertido, echo la voz y pregunto: "Te vistes tan abrigado, ¿que tal un sol abrasador al mediodia?". El tio sonrio a carcajadas, con los dientes empapados en humo de tabaco, solto una frase llena de sabor a la vida: "No importa, amigo, si no te vistes abrigado por la mañana, ¿como puedes soportarlo? El mediodia lo voy a calcular despues".
Y a las 11 de la mañana, el clima "se volvio". Las personas que todavia tenian confianza con abrigos de piel y chalecos salvavidas gruesos por la mañana ahora sudan profusamente, con los rostros enrojecidos y algunas personas se detienen en la acera, se quitan apresuradamente el abrigo grande, luchando sin saber donde meterlo porque el maletero esta lleno, mirando al lado hay una chica de oficina arrugando la cara, quitando la bufanda purpura muy elegante.
Esa situacion entre risas y llantos alcanzo su punto maximo cuando se sento en un restaurante de bun cha justo en ese momento. El sol de 35 grados bajo directamente sobre el techo de hojalata, los ventiladores electricos giraban a borbotones pero solo emitian un calor sofocante. Sentado a su lado estaba otro joven que seguia persistentemente usando un abrigo termico de manga larga porque accidentalmente no llevaba una camiseta en el interior, chupando un tazon de bun hot mientras se secaba el sudor como un baño. Al mirar a ese joven, de repente se dio cuenta de que esta vida es inherentemente un tipo de clima "multipersonal". Por la mañana podemos darnos una alegria radiante, pero por la tarde podemos regalar inmediatamente un "ataque" frio por perder el plazo o la ruptura de una relacion. La volatilidad es la unica constante de este universo y los humanos, en lugar de quejarse de por que el clima no satisface a la gente, tal vez deberiamos aprender a equiparnos con un estilo de vida que siempre se adapte.
Cuando cae el atardecer, o mejor dicho, cuando el sol acaba de apagarse, el frio comienza a volver a filtrarse, el saca tranquilamente la chaqueta salvavidas de antes, se la pone. Adaptarse no es soportar, sino un arte de vivir felizmente entre las fluctuaciones. No podemos controlar el monzon o la psicologia de los demas, lo unico que podemos controlar es la "camiseta" espiritual de nosotros mismos. Siempre y cuando dentro cada persona mantenga una temperatura estable de 37 grados C de compasion y humor, entonces, por muy "loco" que sea el clima, cree que todavia sobrevivira a esta temporada con calma como un taxista de moto con un maletin de arroz de esta mañana.