El omega-3 tiene el efecto de regular la respuesta inflamatoria y prevenir el estres oxidativo en las celulas renales dos mecanismos principales que causan daño a los nefrones (unidad filtradora renal).
Cuando el cuerpo recibe suficiente EPA y DHA las membranas celulares renales se vuelven flexibles reducen la inflamacion cronica y protegen el tejido renal de la fibrosis.
Un analisis general publicado en el Journal of the American Society of Nephrology muestra que las personas que consumen pescado graso al menos 3 veces por semana tienen un riesgo de insuficiencia renal un 22% menor que el grupo de personas que comen pescado poco.
La presion arterial alta es la principal causa de insuficiencia renal cronica. Segun la National Kidney Foundation (NKF) la suplementacion regular con omega-3 ayuda a mejorar la elasticidad de los vasos sanguineos y reduce la vasoconstriccion reduciendo asi la presion arterial de forma natural.
El omega-3 tambien ayuda a regular los niveles de trigliceridos en la sangre un factor que afecta el flujo sanguineo a traves de los riñones. Comer pescado graso con regularidad no solo reduce la grasa en la sangre sino que tambien mejora la funcion de filtracion limitando la acumulacion toxica de urea en la sangre.
Segun la Organizacion Mundial de la Nefrologia alrededor del 40% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen complicaciones renales.
Un estudio en Diabetes Care (2024) demostro que la suplementacion con 1 5 g de omega-3/dia ayuda a reducir el 15% del indice de inflamacion CRP y mejorar el 9% de la filtracion renal en pacientes con diabetes tipo 2 despues de 6 meses.
Estos acidos grasos reducen la resistencia a la insulina reduciendo asi la presion metabolica sobre los riñones.
Ademas el omega-3 tambien promueve la produccion de antiinflamatorios como la resolvina y la proteina que son compuestos que tienen el efecto de 'limpiar' el daño en el tejido renal ayudando a restaurar los microorganismos vasculares oxidados.
Este mecanismo hace que los peces grasos se consideren como'medicamentos naturales' que apoyan el retraso de la enfermedad renal cronica.
Segun el Journal of Clinical Nutrition el omega-3 es facilmente destruido a altas temperaturas por lo que se debe procesar el pescado asando ligeramente o enfriandolo con aceite de oliva en lugar de freirlo.
Cada semana se deben comer 2-3 comidas de pescado graso equivalentes a 100-150 g por comida para alcanzar la cantidad recomendada de omega-3 (aproximadamente 1.000-1.500 mg/dia).
Los expertos tambien señalan que se debe combinar el pescado graso con verduras ricas en vitamina C y antioxidantes (como cai bo xoi brocoli) para aumentar la eficacia de la proteccion de las celulas renales.
Para las personas con antecedentes de gota o trastornos lipidos se recomienda elegir salmon o calamar enlatados en lugar de pangasius grandes para limitar la purina y los metales pesados.